Tributes

MACARIO M. OLIVARES Daddy was born in Nueva Rosita, Coahuila, Mexico. He led a challenging, but meaningful life. His education was limited to the third grade as a result of needing to work alongside his brothers. His first job was as a shepherd and, eventually, his intelligence, sense of humor and dashing good looks, landed him a job at the local bank. In 1951, he caught a glance of a young woman who lived next door and who was fated to be the love of his life. As a participant in the Bracero work program, he traveled to and from the United States for extended periods of time away from her, yet their love grew stronger. In 1959, he married Fidelia Reyna. On August 1960, their union was blessed with their first child, Carmen. Martin followed in September 1963, Jose Juan in June of 1965 and Robert finally decided to join the family in January of 1974. Macario was a dedicated family man, putting others first, and determined to provide his children a better life than had been granted to him. With his wife and children back in Mexico, Daddy worked in the fields of Crystal City for many years prior to moving the family to San Antonio in 1964. After several jobs, he worked 17 years and retired from San Antonio Packing Co. Mom and Dad were very social and had many friends. In the later years of his life, Daddy increasingly showed us his humor. He hated taking his breathing treatments for fear of "getting addicted to oxygen." He told us he did not like using his walker because "people might think he was old." He also loved his music. His singing and whistling will be heard in our hearts forever. He knew the importance of education and reminded us it was the key to a better life. Through his extraordinary work ethic, he inspired us to be the best we could be. He stressed we should take pride in who were while pushing us to be more. While we were excited to bring home a 95% on school work, he would remind us that 100% was better, yet he was always proud as long as we did our best. He is survived by his wife of 55 years, Fidelia; his daughter Carmen and her daughter, Sarah Reyna; his son Martin and his wife, Angelina and their children, Martin Israel and Ben Andrew; his Son Jose Juan and his children, Marilyn Bianca and Monroe Basilio; and his youngest son, Dr. Robert Olivares. Although Papi now looks upon us rather than walking among us, he will always provide great memories, love, and inspiration to those who knew him… An Everlasting Love and forever in our hearts. MACARIO M. OLIVARES Papá nació en Nueva Rosita, Coahuila, México. Llevó una vida difícil, pero significativa. Su educación se limitaba al tercer grado, como resultado de la necesidad de trabajar junto a sus hermanos. Su primer trabajo fue como pastor y, con el tiempo, su inteligencia, sentido del humor y por ser tan simpatico, se consiguió un trabajo en el banco local. En 1951, él cogió una mirada de una joven que vivía al lado y que estaba destinada a ser el amor de su vida. Como participante en el programa de trabajo Bracero, viajaba a los Estados Unidos durante largos periodos de tiempo. Aun lejos de su muñequita, su amor se hizo más fuerte. En 1959, se casó con Fidelia Reyna. En agosto de 1960, su unión fue bendecida con su hija, Carmen. Martin siguió en septiembre de 1963, José Juan, en junio de 1965 y Robert finalmente decidió unirse a la familia en enero de 1974. Macario era un hombre dedicado a su familia, poniendo primero a los demás, y decidido a proporcionar a sus hijos una vida mejor que le había sido concedida a él. Con su Esposa y sus Hijos en México, Papá trabajó en los campos de Crystal City durante muchos años antes de mudar a la Familia a San Antonio en 1964. Después de varios puestos de trabajo, trabajó 17 años y se retiró de San Antonio Packing Co. Mamá y papá eran muy sociales y tenían muchos amigos. En los últimos años de su vida, Papá cada vez nos mostró su humor. Él afirmaba que odiaba tomar sus tratamientos por temor a "volverse adicto al oxígeno." Nos dijo que no le gustaba usar su andador porque "la gente podría pensar que él era viejo." Él amó a su música. Su forma de cantar y silbar serán escuchados en nuestros corazones para siempre. Conocía la importancia de la educación y nos recordó que era la clave para una vida mejor. A través de su extraordinaria ética de trabajo, nos inspiró a ser lo mejor que podríamos. El siempre nos decia que deberiamos estar orgullosos de quienes eramos mientras nos empujaba a ser más. Aunque estábamos emocionados de traer a casa un 9 en el trabajo escolar, él nos recordaba que el 10 era mejor. Siempre estaba orgulloso de nosotros, siempre y cuando entregabanos nuestro mejor esfuerzo. Le sobreviven su esposa de 55 años, Fidelia; Carmen y su hija, Sarah Reyna; su hijo Martin y esposa, Angelina y sus hijos, Martin Israel y Ben Andrew; Su hijo José Juan y sus hijos, Marilyn Bianca y Monroe Basilio; y su hijo menor, el Dr. Robert Olivares. Aunque Papi ahora nos mira en vez de caminar entre nosotros, siempre tendremos grandes recuerdos, amor y inspiración para quienes lo conocieron. Al fin, un Amor Eterno y para siempre en nuestros corazones.

Tributes

Macario M. Olivares

April 22, 1930 - April 16, 2015